jueves, 29 de noviembre de 2007

los hilos invisibles del encuentro

Junto al fuego, en casa, hablábamos ayer de las coincidencias de conocer a alguien que conoce a alguien que tú conoces en otro espacio-tiempo, etc. Lo que otra gente ha llamado la teoría de las 7 personas, la cual es una teoría de construcción colectiva y divulgación boca-oído.

Neikos me decía que él ya no se sorprende por estas cosas, y lo cierto es que a quién no le ha sucedido encontrar vínculos imprevisibles por lo remotos e improbables entre diferentes personas de su vida. Para mí, la última situación de este estilo que me ha dejado anonadada es la siguiente (tiene un toque muy peliculero):

- Escena 1: 1998, Edimburgo, 4.30 a.m. Dos amigas están hablando en un bar, disfrutando del Festival Internacional de esta ciudad. Un chico con aspecto de vikingo saluda y pregunta de dónde somos en un correcto inglés. Le contestamos que venimos de Madrid, y su respuesta en puro acento chilango es "he perdido una apuesta, pero puedo ganar unas amigas". Así conocemos a Olaf. El lenguaje mexicano lo había aprendido en el DF.
- Escena 2: 2003, México. 3 colegas nos lanzamos a vivir un año juntas en México y logramos una banda para salir, estar, compartir, etc. en el DF (que graciosamente nos apodan las ketchup, ¡ay!). El DF en ese momento tiene más de 26 millones de habitantes, y a esta gente la hemos conocido gracias a un amigo de mi familia (que entró en escena en 1987 en San Diego, EEUUA).
- Escena 3: 2007, Edimburgo. Estamos tomando unas cervezas en casa y hablamos de México. Olaf y yo nos hemos reencontrado en estos meses de estar acá, pero nunca comentamos mucho de nuestras vidas mexicanas. Han pasado 9 años desde la escena del bar, y descubrimos que a pesar de no haber hablado en estos años, nuestra banda de colegas de México (con muchos años de diferencia) es exactamente la misma y no nos hemos conocido por intereses comunes sino por encuentros casuales en lugares temporales y tan poco definitorios como un bar que escoges al azar (ya nos hemos intercambiado fotos, claro, jajajaja).

Ayer me fui a dormir con las ideas tejiéndose. ¿Cuáles son esos hilos invisibles que provocan el encuentro? ¿Es una fuerza de afinidad que provoca que la gente con intereses comunes se re-conozca (como diría Luciano) y se acerque? ¿O simplemente cuando te estás abriendo a alguien y hay una alquimia que te gusta intentas trazar mapas comunes de redes sociales?

¿Y qué relación tiene este suceso con la teoría de los campos morfogenéticos, masa crítica, o mono cien...? ¿Qué cambios imperceptibles acercan a las personas y enlazan tanto individuos como colectividades? Una amiga de Findhorn me dijo que la cifra para un cambio mundial (por ejemplo, pro-ambiental) es de 88 millones de personas (tengo que consultarle la fuente).

¿Será que cada vez nos parecemos más a las hifas de un micelio o a otras agrupaciones/colectividades de la naturaleza?

Abrazos interconectados

2 comentarios:

f dijo...

Buenas preguntas... y difícl respuesta...
A medida que el tiempo pasa (qué es el tiempo? qué es el espacio?) parece que estos cruces de caminos son cada vez menos casuales y más "causales". Confío en que la intención es poderosa, que nuestra consciencia y percepción de estos sucesos puede estar alerta o no... pero ahí están.
Y todo forma parte de otro todo más grande... qué será? -sin duda, el intentar ir descubriendo significados en estos micelios que crecen, se entrecruzan y se expanden es muy divertido... al menos!
Aupa las relaciones! Aupa las redes! Aupa las urdimbres!

la molinera dijo...

¡Aupa pues!
he visto el molino compa... y tengo una tentación total!!!
hablamos en unos días
gracias, gracias...
las urdimbres confabulan por un futuro mejor
¡amor para ellas!¡y para todas!