viernes, 18 de enero de 2008

¿los molinos se han ido de Madrid?

Amanece después de una noche de insomnio, en la que he hablado con mis sueños y mi duermevela. Hoy nos mudamos por fin, después de más de tres semanas de errante, el alma parece que me habita de nuevo el cuerpo. Dicen los pueblos indígenas quer conozco que el alma tarda en viajar más que el cuerpo porque las nuevas tecnologías humanas sólo pueden transportar rápido nuestra parte física.

Hoy siento que he llegado, bueno, hoy es más creíble que he vuelto. Se han acabado las vacaciones, Neikos ha regresado a Edimburgo, y mi vínculo con ese lugar se ve mediado por la distancia e Internet. Ayer hice la presentación de la estancia en la universidad, fue bonito poder compartir todas las palabras que se me agolpaban en el pecho y ver las imágenes con el corazón. Una amiga le decía a su hija antes de que empezara a hablar "tienes la boca llena de palabras, vamos saca una"... y así me sentía yo ayer, como si me dieran la oportunidad de sacarlas.

Pero el gris sube al caminar esta ciudad, como si fuera un fenómeno de capilaridad, me noto ya gris hasta las rodillas más o menos... Cuando me fui a Edimburgo, había perdido las preguntas de la tesis y allí las encontré. Ahora que he vuelto, he perdido el color de la mirada, espero encontrarlo acá. Esta noche me decían los sueños que en Madrid precisamente es el único lugar donde no he buscado molinos ¿se habrán ido los molinos de Madrid o estarán escondidos? Quizá el color esté allá donde encuentre los molinos perdidos.

Ya tenemos casa abierta de nuevo... un proyecto de compartir y construir juntas, un paso hacia la ansiada vida comunitaria. Tiene la vocación de apertura antes incluso de que entremos a vivir, porque esta noche la ha estrenado una colega que venía de visita, y hoy nos mudamos las demás, las habitantes habituales. Es un símbolo interesante del nacimiento de este proyecto colectivo. Dejo mi habitación-útero de barro después de casi tres años, para abrir un espacio en blanco... ¿será el principio de un molino recuperado?

Os iré contando pues,
espero que vuelva el color de la mirada y la risa del agua.
Sé que me vais a apoyar a verlo, sé que está ahí.
Queda abierta una nueva casa, espacio de espíritu, juegos y abrazos,
bienvenidas a las que paséis por acá.

2 comentarios:

Neikos dijo...

Sabes tambien que mientras yo siga por aquí arriba no te faltará un rincón. Nos volveremos a ver, Molinera, pero ya no nos ahogaremos, jejeje.

la molinera dijo...

eso espero doctor!
aún tengo cositas allá que recoger, y siempre ganas de caminar, aún nos falta la foto en la Alhambra de Edimburgo, la visita a North Berick y cuando abra esta temporada visitar el molino que hay cerca de allá... Muchos pendientes para no volver ;-)
Gracias