viernes, 26 de octubre de 2007

¿quién me ayuda a encontrar un molino para un proyecto colectivo?

Se busca un molino (o dos, o tres... ¡un amigo quiere restaurar 7 en un cauce!), preferentemente de tipo árabe (que aprovecha mejor los manatiales del sur), que muela harina, y cante alegre cuando pasa la hermana agua por sus piedras...

Por favor, esa persona "buscamolinos (o hallamolinos)", que escriba en esta página, dando referencias claras y detalles para no volverlo a perder.

Y si alguien ve un edificio molinero, aunque no sepa bien de qué tipo es, o qué muele, también será bienvenido su comentario, pues se trata de aprender a moler en colectivo.

Agradecimientos y abrazos a todas las personas que me han acompañado en este recorrido internacional olfateando presencias de los mismos. Intuyo que perdí ese lugar al dejar el sur y aún lo añoro... Sirva de ejemplo de esta ruta de reencuentro este molino siciliano de sal, un hermano de Trápani. ¿Quién se anima a dejar aquí otro?

nubes plateadas y la perspectiva transfronteriza de la afectividad


Un día tranquilo escocés en el que pasear por la ciudad vieja es como un mantra compuesto de viejos paseos, que son como los versos con ritmo de paso que se repiten... Dejando que los pies te lleven al lugar donde tantas veces has estado disfrutando del festival, y allí hoy te espera Andy Warhol con sus nubes plateadas, enriqueciendo con una línea tu poesía cotidiana.

¡Ver a las personas golpear las almohadas de helio con alegría me encanta! Gente que no se conoce y empieza a jugar a pasarse la almohada, se ríe, y se relaja. Sobre todo me entusiasma en un lugar como éste donde la enorme distancia interpersonal es una de las cuestiones que más extraña. ¡hay saludos sin ningún tipo de acercamiento físico (casi ni darse la mano, de dos besos ni hablamos...)!

Así que abrazos transfronterizos de nubes platedas que acercan realidades personales y hasta ahorita

martes, 23 de octubre de 2007

abrir el blog de la molienda










¡Buenas nuevas!
Por fin ha llegado el momento de alojarse en el molino virtual para contar cómo se ven las cosas desde acá.

He tardado en encontrar las piedras, el manantial, el grano... Ya está todo junto y moleremos las historias de lo cotidiano con el agua interior y las piedras de los caminos. Así queda inaugurado este espacio íntimo-compartido para las reflexiones de los viajes. Y comienza en un día de otoño en la mágica ciudad de Edimburgo, con la brisa suave, el sol tímido y el olor a lúpulo.

Abrazos y bienvenidas a casa